Dedico este espacio a escucharte y comprender tu historia, tus necesidades y objetivos. Esta evaluación nos ayuda a tener una mirada clara y respetuosa sobre lo que estás viviendo y encontrar el mejor camino para tu bienestar.
No existe un protocolo único que sirva para todo el mundo. Cada proceso se adapta a las necesidades y particularidades de cada persona y su familia.
Habitualmente, el proceso dura entre 4 y 5 sesiones (de una hora de duración aproximadamente) e incluye los siguientes pasos:
Cuando la familia busca entender mejor el funcionamiento de su hijo/a.
Cuando es la propia persona, la que quiere entender qué le sucede y dar respuesta a sus experiencias y dificultades.
Cuando es un profesional externo quien necesita una valoración externa para orientar intervenciones.
Ofrecer una mirada integral de la situación.
Clarificar dudas y dar respuesta a preguntas.
Diseñar un plan de acompañamiento personalizado
Reducir el malestar emocional que genera la incertidumbre.
Realizar un proceso de evaluación puede ser un momento intenso y lleno de dudas para las familias y la persona que lo vive.
Por eso, me esfuerzo para que sea lo más acogedor y accesible posible: ofrezco flexibilidad de horarios, adaptación a las circunstancias de cada persona y la posibilidad de realizar las sesiones presenciales o virtuales.
El objetivo es reducir al máximo las preocupaciones y crear un espacio donde te sientas acompañado en todo momento.
Hay que ver lo que no se ve:
Nuevas herramientas para detectar el autismo.
La investigación está explorando cómo el IA puede ayudar a detectar el autismo de forma más rápida y precisa. Algunas herramientas analizan cómo se mueven los ojos (eye-tracking), la actividad cerebral (EEG) o las respuestas a cuestionarios.
Un estudio reciente con un sistema de IA avanzado consiguió más del 95% de precisión para diferenciar a niños con TEA de otros.
La investigación está explorando cómo el IA puede ayudar a detectar el autismo de forma más rápida y precisa.
Algunas herramientas analizan cómo se mueven los ojos (eye-tracking), la actividad cerebral (EEG) o las respuestas a cuestionarios.
Un reciente estudio con un sistema de IA avanzado consiguió más del 95% de precisión para diferenciar a niños con TEA de otros.
Por qué es importante:
Referencias (APA):
Yin, S., et al. (2025). Hybrid Vision Transformer-Mamba para Autism Spectrum Disorder Detection Using Eye-Tracking Data. archivo.
El diagnóstico del autismo tradicionalmente se basa en observación y entrevistas, pero ahora se están incorporando biomarcadores, como la señal N170 del EEG, que mide cómo responde el cerebro cuando ve una cara. Este marcador es a menudo más lento en personas con TEA.
Por qué es importante:
Referencias (APA):
Dawson, G. (2024). Applying Neuroscience to Autism Diagnosis and Treatment. Autism.org.
Muchos adultos que sospechan que podrían tener TEA se encuentran con derivaciones lentas o procesos complejos.
Estudios recientes proponen vías diagnósticas más claras y rápidas, con mejor selección y uso de tecnologías de soporte.
Esto reduce el número de casos desechados por falta de información y acelera el tiempo hasta el diagnóstico.
Por qué es importante:
Referencias (APA):
Hammond, N. et al. (2024). Improving Adult Autism Diagnóstico Pathways in West Yorkshire. Journal of Clinical Medicine, 14(9), 2933.
Saito, T. et al. (2025). Latest Clinical Frontiers Related to Autism Diagnostic Strategies. The Lancet Regional Health – Western Pacific.
La ciencia está descubriendo que la composición de bacterias en el intestino puede ser distinta en niños con TEA. Un estudio reciente logró identificar el autismo en niños menores de 4 años con un 82% de precisión sólo analizando la microbiota de las heces.
Por qué es importante:
Referencias (APA):
Zhang, L. et al. (2024). Stool-Based Microbial Firmas for Early Autism Diagnosis. Nature Communications.